lunes, 21 de abril de 2008

El paraje estaba solitario; más allá, en la otra orilla del riachuelo, a lo lejos, se veía a una familia practicando el esquí de fondo. Se oían sus voces.


Ellos caminaron con dificultad hacia el llano cuajado de nieve, con las huellas de las pezuñas de los animales que ahora se ocultaban de su vista; huellas pequeñas unas, otras hendidas, y todas llevaban hacia el riachuelo.


El viento zumbaba en sus oídos, dialogando con los árboles, que respondían con la música de sus ramas, abrazando a los rayos del sol, que llegaban hasta la nieve y la hacían brillar en millones de cristales diminutos. El riachuelo murmuraba su canción, mientras la nieve se derretía en su orilla, a borbotones.


El manto espeso y blanco de la nieve ocultaba las rocas y los matorrales que en verano vibraban bajo el sol; a cada paso, crepitaba bajo las botas de los excursionistas, como en un quejido, que se mezclaba con las risas de ellos. A lo lejos se seguían escuchando las voces de aquella familia que se desplazaba con sus esquís, siguiendo el camino marcado por otros antes que ellos.


La bolas de nieve zumbaron por el aire, mezclándose con las risas, que revoloteaban por el aire, limpio y gélido, bajo el cielo de color azul. Ni una sola nube se atrevía a ocultar a las orgullosas montañas que les rodeaban ni al sol, que se esforzaba por decir “aquí estoy yo”.


Estaban lejos de los recibos, de ese trabajo insatisfactorio y mal pagado, de las cosas negativas, en resumen, porque habían abierto la puerta a un mundo lleno de imágenes bonitas, con la música de fondo del riachuelo, resonando en sus oídos. ¿Aparecería algún ser mágico de un momento a otro? ¿Tal vez la reina de las nieves? Ella podría traer, con un solo gesto suyo más copos blancos y cubrir las huellas que ellos habían dejado.


Sabían, a su pesar, que eso solo duraría unos momentos, que lo real era lo otro, pero al volver, tendrían en su memoria aquel paisaje que parecía inalterado por el hombre, tal vez esperándoles para otra ocasión.




No hay comentarios: