Cuando él se levantó y se asomó a la ventana, todo lo que vio fue montañas, grandiosas, recortándose sobre el cielo, con los colores cambiantes de la vegetación y al fondo, nieve en las cumbres.
Echaba de menos la ciudad, con su bullicio, caminar por sus calles sin saber quién era el dueño de cada rostro que se cruzaba con él; echaba de menos tantas cosas...
Pero ahí estaba, decidido a salir adelante y a no rendirse, dejarse el alma en cada aliento y a conservar lo que era suyo. Aunque algunos no le entendieran. Sabía que otros sí.
Selene
1 comentario:
bello y poetico texto, la fotografía muy bien escogida
Saludos
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